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EL REFRITO COMO FORMATO TELEVISIVO

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Por Javier Carlo

 



Foto de: Alberto Uc.

 

Hasta ahora no he encontrado un documento que asegure –contundentemente- que la televisión como medio haya sido desarrollada con un fin 100% informativo o bien, que haya de ceñirse al retrato puro de la realidad. En mis clases y en los foros donde me presento suelo afirmar que el propósito de haber erigido un medio tan poderoso es –en todo caso- entretener; no obstante, considerando aquella definición que se orienta al hecho de crear o producir algo nuevo, más que a pasar el rato, es decir –desde un punto de vista personal- a fomentar la capacidad, el talento y los valores de la gente, así como a brindarle una visión de la realidad que le permita ser más constructiva.

Lejos de un género absoluto, la televisión no es todo realidad ni todo ficción, no sólo educa ni tampoco pervierte, no se colma de virtudes y mucho menos de vicios, sino que en un abanico de posibilidades ha perfeccionado aquellos formatos que en su momento heredó de la radio y luego ha generado otros que –sin duda alguna- han marcado la evolución del gusto mediático de la sociedad contemporánea, desde el programa de diálogo, la crónica y el humor, hasta la telenovela, las series y los hoy tan populares programas de realidad; y todavía más allá, los ha hibridado todos.

En consecuencia, no existen géneros ni formatos puros, sino que ahora se vislumbra una oportunidad grandiosa de explotar nuevas fórmulas sobre el éxito que sus antecesoras ya probaron tener. Esta situación habría de concebirse como un campo fértil para el desarrollo de proyectos, de contenidos y modos de producción; para aprovechar ese know how de más de 60 años de historia, para arriesgar en todo sentido y transformar el medio. Pues a fin de cuentas, estamos hablando de una de las industrias más consolidadas del mundo. Y sin embargo, no ocurre así. Al menos no en los países de habla hispana, no en México.

En vez de innovar, las televisoras mexicanas –por ejemplo- continúan apostando por aquellos formatos que alguna vez las encumbraron, pero que hoy día ya no representan una opción tan atractiva para el mercado global. Paradójicamente, el éxito de las fórmulas probadas ha entorpecido el desarrollo de nuevos productos televisivos que logren desestereotipar la oferta de la industria nacional e impulsen su entrada a nuevas plazas. Son estas mismas fórmulas las que han puesto en jaque la adopción de otros modelos de gestión de recursos y de negocio, mucho más apegados a la dinámica de producción, y sobre todo han restringido el pensamiento crítico de la gente.

La realidad de los medios, –en cualquier sentido- ya no es la realidad del país, sino una sarta de fantasías de la que se valen los personajes más ostentosos de la sociedad y aquellos intelectualoides cuyo credo es el horario estelar. De tal forma que México está montado sobre bastidores y su historia se teje cíclica y predecible, y probablemente continúe así por algún tiempo.

Luego de más de 50 años de telenovela, más de 40 de programas de variedades y talk show, y unos 10 de reallity, el refrito como formato televisivo no sólo ha saturado el gusto nacional, sino que ha condicionado nuestros hábitos y costumbres, atentando –por ende- en contra de una visión cultural amplia.

Baste con echar un vistazo a las barras programáticas de los canales de la televisión abierta y preguntarnos si programas como ’Pequeños Gigantes’, ‘La Academia 2011’, ‘Cosas de la Vida’ o la pugna de las telenovelas, todos descendientes de formatos desgastados, en verdad aportan algo constructivo a nuestras vidas. ¿Y quién trabaja en ello? Ergo, crisis.

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Javier Carlo

Maestro en Comunicación por parte de la Universidad Internacional de Andalucía (UIA), España, y Licenciado en Ciencias de la Comunicación egresado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), México. Actualmente, cursa la Maestría en Administración de Tecnologías de Información, en la Universidad Virtual del ITESM.

Su experiencia profesional abarca el desarrollo de programas educativos a nivel superior y la impartición de cátedra; así como el marketing para medios y el desarrollo de proyectos audiovisuales.

En la actualidad, es profesor del Sistema Tecnológico de Monterrey, de la Universidad Anáhuac (México Norte) y la Universidad Motolinía del Pedregal.

 

Contacto:
jcarlomena@gmail.com
Facebook: Javier Carlo
Twitter: javocarlo

 


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